25 marzo 2013

Evolución
De sopitas primigenias y el origen de la vida

Sopita Primigenia

Hipótesis sencillas, experimentos complicados. El origen de la vida aún no está develado.


De acuerdo con las teorías del biólogo Aleksandr Oparin y los experimentos de Stanley Miller, junto con las hipótesis de algunos otros como Christopher Wills y Jeffrey Bada, se puede decir, en forma sintética, que la vida tal como la conocemos hoy en día, con toda su variedad y riqueza, se originó a partir de una única célula, la que debe su aparición a la generación espontánea de aminoácidos, ácido ribonucleico y otros polímeros bajo las condiciones del planeta Tierra hace miles de millones de años.

Siguiendo sus planteos, éstas moléculas llegaron de uno u otro modo a un espacio más amplio, conformado por el océano primigenio, donde tuvo lugar una combinación sucesiva de ellas, y que, en primer término, dieron lugar a estructuras capaces de autorreplicarse mediante un sistema que conservaba la información genética en moléculas más simples que las actuales de ácido ribonucleico y desoxirribonucleico.

Pero, más allá de esto, nada pueden decir, de hecho, la verdad, es que pueden decir mucho menos. Las experiencias realizadas, en particular, las de Stanley Miller, sólo demuestran que es posible que ciertas moléculas y macromoléculas se sinteticen espontáneamente bajo las condiciones iniciales que supuestamente poseía la Tierra. Sin embargo, el límite de estas afirmaciones se encuentra allí mismo, el resto es terreno hipotético.

Por ejemplo, uno de los problemas a solucionar corresponde a la hidrólisis de las moléculas, es decir ¿durante cuánto tiempo tiene que mantenerse intacta la molécula para poder llegar a combinarse con otras? Otro tema es el referido a las mezclas racémicas. Sabemos que en la síntesis abiótica es espontánea la aparición de isómeros de los tipos D y L. Sin embargo, para hacer posible la vida en el modo en que la conocemos, se requiere en forma casi exclusiva de los isómeros del tipo L. Por lo tanto, en principio, encontramos al menos dos inconvenientes para sostener, tal como lo hacen Christopher Wills y Jeffrey Bada, que la vida se abrió paso desde lo inorgánico.

Esto no quiere decir que todos los aspectos de la teoría puedan ser inconducentes o estar equivocados. Sin embargo, sería bueno reflexionar acerca de si, en las condiciones actuales de nuestro planeta, se verifica o no, la aparición espontánea de vida, pues si esto efectivamente ocurrió en algún momento del pasado ¿Por qué no puede ocurrir en el presente, incluso, ahora mismo, mientras usted lee este artículo? ¿Por qué si tomamos los elementos esenciales que pudieran dar origen a aquellas macromoléculas no se ha logrado ir más allá y el resto depende de hipótesis especulativas? Quizás sea porque esa no es la respuesta.

A modo de cierre, plantearé que a mi modo de ver, confiaré más en éstas teorías cuando se demuestre experimentalmente que las condiciones actuales de nuestro planeta permiten la generación espontánea de vida, pues por lo que se puede apreciar como el mayor defecto de estas hipótesis, es que la vida pudo surgir en aquellas condiciones extremas que azotaban la Tierra en esos tiempos inmemorialmente lejanos, pero no puede lograrlo bajo las quizás más apacibles condiciones actuales.

Pol

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