12 junio 2012

Psicología
Introducción al Ciclo Vital - Parte 1

Ciclo vital

El psicoanálisis de Freud


A pesar que al enfoque Psicoanalítico Freudiano se le pueda achacar diversas falencias, sigue siendo hoy en día un clásico justamente porque la mayor parte de su contenido sigue siendo correcto y aceptado por la gran mayoría de los especialistas.
Ello no obsta para que puedan objetarse algunas de sus concepciones, por ejemplo, en cuanto a la sexualidad y el género. Sin embargo, tales críticas siempre han tenido en cuenta que Freud ha sido un adelantado, que a pesar de la moral victoriana vigente en la época en que desarrolló su trabajo, pudo dar cuenta de un modo nunca antes logrado de la complejidad del aparato psíquico, de sus procesos, y de la influencia que el deseo tiene sobre el individuo.


De hecho, su vastísima y prolífica obra recuperó el valor de lo inconsciente para la psicología. Recordemos que la psicología de Wundt había sido dejada de lado frente al surgimiento de la psicología conductista de Watson que, en 1913, logró erigirse como la psicología objetiva capaz de producir predicciones sobre el comportamiento de un individuo a partir de variables cuantificables, sensables y medibles, acordes con el paradigma positivista reinante en otras ciencias, en especial, las naturales, tales como la física, la química, y la biología.

Lo inconsciente


Pero ¿por qué es tan importante lo inconsciente? de acuerdo con el enfoque freudiano, la mayor parte de los comportamientos de los sujetos se deben precisamente no a sus pensamientos conscientes, sino más bien al resultado de aquello que ni siquiera el sujeto sabe que está ocurriendo en su mente. Eso es lo inconsciente.

Lo inconsciente acompaña al sujeto durante toda su vida, en cada pensamiento y en cada acción. Un conjunto significativo de elementos constituirá aquello que será lo inconsciente, en especial, sus tempranas vivencias infantiles.

Durante la niñez, en particular, entre el nacimiento y los dos años de edad, y luego, hasta el ingreso a la escolaridad, las vivencias con su madre en primer término, y luego, con su padre como sostén de la diada madre - hijo, darán lugar a la construcción de las primeras instancias de su aparato psíquico, tanto en la formación de su yo, como en la interiorización de la cultura.

También, con los vínculos de la familia ampliada, como los abuelos, tíos, primos y otros familiares, se amplían los horizontes sociales y de integración social, y a las normas que la rigen.

El Complejo de Edipo


Tarde o temprano se hace presente en el sujeto la percepción de la figura paterna y de la interiorización de su representación. Reconocer tal presencia lleva al niño a la necesidad de competir por el amor de su madre. Madre que constituye su primer objeto de amor.

El hijo ve al padre más bien como un obstáculo que interfiere en el amor hijo - madre. Pero está situación requerirá de solución. Así, el complejo de Edipo presentará dos tiempos, el primero, en el que el niño intentará pasar por alto a su padre e incluso lo desafiará y desestimará su poder. Pero que en breve tomará seriamente, tras producirse la amenaza de castración y verificar su posible concreción. Luego, en el segundo tiempo, el niño aceptará con cariño la figura paterna renunciando a su primer objeto de amor, la madre.

Sin embargo, el niño ahora se identificará con su padre, asumiendo e imitando muchas de sus conductas, porque eso le permitirá acceder en el futuro a otra mujer, que si bien no será su madre, podrá parecerse a ella.

Latencia


Con el ingreso a la escolaridad, las intenciones amorosas demostradas por el niño en su relación afectiva con la madre quedan atrás, aunque el conflicto volverá luego durante la adolescencia.

Ahora, durante la escolaridad o latencia, un mecanismo de defensa psíquico le permitirá realizar importantes avances en el aprendizaje de conceptos abstractos y descontextualizados, tal y como los presenta la escuela, este mecanismo de defensa es la sublimación.

Pero no es el único, tras un manto de amnesia el niño olvidará los deseos de poseer a su madre, y se instalarán los diques de asco, vergüenza y pudor que inician esta nueva etapa. De este modo, otro mecanismo de defensa, la represión, mantendrá al niño alejado de todo aquello que le recuerde el amor incestuoso por su madre y la sexualidad, de ahí que pueda verse como en el transcurso de la escolaridad los niños se juntan con los niños y las niñas con las niñas.

Adolescencia


Apenas terminada la escuela primaria y cada vez más tempranamente en las sociedades actuales, se hacen presentes las características de la adolescencia en los niños que ahora se convierten en púberes.

Sin embargo, no ha de confundirse la pubertad con la adolescencia. La pubertad es un proceso netamente biológico a través de cual se produce la maduración de diversos órganos del cuerpo, entre ellos, los sexuales, dando lugar a la aparición de los caracteres típicos de cada uno de los sexos.

A diferencia de ello, la adolescencia, es un proceso psíquico, una etapa del ciclo vital que se constituye de varias fases y que como resultado da lugar a lo que denominaremos personalidad adulta, al final del proceso.

Típicamente, la adolescencia suele presentarse para su estudio como una etapa del ciclo vital compuesta de las siguientes fases: preadolescencia (entre los 10 y 12 años), adolescencia temprana (entre los 13 y 15 años), adolescencia media también llamada adolescencia propiamente dicha (entre los 16 y 18 años), y la adolescencia tardía (entre los 18 y 23 años).

Postadolescencia


Cuando la adolescencia va llegando a su fin se presenta una última fase, previa a la adultez, tal que la denominamos postadolescencia y en la que se afirma la personalidad y en la que generalmente ocurre la elección o toma de decisión en variados aspectos, tales como la elección vocacional, o laboral, como así también la decisión o no de formar una familia, y que ahora pasan a formar tareas de la vida.

Este periodo, puede considerarse como perteneciente a la adolescencia o a la adultez, pero en ambos casos presenta matices tales que la diferencian de lo que típicamente llamaríamos de una u otra forma. Desarrollaremos luego, con mayor detalle, lo que ocurre en esta etapa.